El día libre es para descansar. Así que bajamos de nuevo a Laoying. Me sigue
asombrando lo rapido que cambian las cosas aquí, como el estilo de vida
tradicional se mantiene al lado del moderno.
Durante el paseo descubrimos un pequeño local y nos acercamos para
averiguar lo que hacían ahí. Les pedi permiso para sacar una foto. Adivinanza,
adivinanza, que estaran haciendo?
A la vuelto subimos caminando parte del camino. Hay que seguir al río y
luego hay un sendero entre las plantaciones de mandarinas. Vimos a mujeres
lavando su ropa en la orilla, despues pasamos un cementerio antes de llegar al
sendero. Aqui recuerdo un episodio del año pasado cuando la carretera aun no
estaba arreglada y los autobuses tardaban horas en bajar. Los monjes de nuestra
academia se bajaron en una parada en medio de la montaña . Nosotros curiosos
les seguimos a ver a donde iban. Cogieron un sendero casi invisible y bajaron a
velocidad de relampago. Nosotros intentamos seguir su ritmo con algun que otro
tropezon. El sendero es bastante peligroso y la unica manera de llegar sin
caerse es saltando y corriendo. Cuando se percataron de nosotros, bajaron su
velocidad y se giraban a cada rato para asegurarse de que ibamos bien. Me encanta
que sean tan atentos. Nadie se lo pide, sale de ellos sin mas.
Pues queriamos subir por ese mismo sendero ayer. Subir no es tan peligroso
como bajar. Al pasar el cementerio ya no había sendero y nos dimos cuenta de
que nos habiamos perdido. Siempre nos advierten que no nos salgamos de la carretera
o del camino, y ahí estabamos perdidos en medio de la montaña salvaje. Seguimos
subiendo a cuatro patas buscando un mirador para orientarnos. Conseguimos encontrar
la carretera y nos sentamos un momento a descansar. En eso nos tocan la pita
acompañada de un saludo alegre. Era el maestro Chong, quien tiene su escuela
cerca de la academia. Había visto videos suyos y ahora me encontraba en su
coche con una invitación a té en su escuela. Pude observar a sus alumnos
practicando con el Fuchen. La escuela esta creciendo rapido, enseñan artes
marciales, Chi Kung, taoísmo, ceremonías de té, hierbas medicinales y un poco
de medicino china. El maestro Chong es un taoísta de pies a cabeza.
Algunos de los compañeros aprovechan el día libre para darse un buen masaje o
acupuntura. Probe un masaje el año pasado y me alivió mucho pero al mismo
tiempo era muy doloroso. Hasta me salieron las lagrimas en algun momento. En el
pueblo de Wuyaling, lo que significa “Nido de Corneja”, cerca del Palacio
Nanyen, hay un masajista muy bueno. Me cuentan que para al año que viene esta
previsto un consultorio de medicina china en nuestra academia. Espero que se
haga realidad.
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