Subimos al templo como de costumbre pero las puertas estaban cerradas y no
se oía nada. Por fuera estaban los alumnos de maestro Chong entrenando. Nos quedamos
a observar un rato y en eso llegó el famoso maestro de la mano de hierro. Al darse
cuenta que la puerta estaba cerrada, sigió por un camino que parecia llevar al
bosque. Nosotros, claro, detras de el. Al poco tiempo le perdimos de vista pero
encontramos un pequeña puerta por la que se llega a los dormitorios de las
monjas. Entramos y ahi estaba el con espada en una mano y Fuchen en la otra. Para
mi como aprendiz de Fuchen ha sido un momento muy especial. El Fuchen es un
arma muy fuerte, necesitare mucho tiempo para dominarlo. La espada, con la que
practico ahora, es mas facil de manejar. Pero ver a un autentico maestro
llevando las dos al mismo tiempo no tiene palabras. Por lo que habia escuchado
de su mano de hierro no me podia imaginar como puede coger un arma. Su mano
derecha es el doblre en tamaño comparado con la izquierda.
Hace unos días habia compartido un consejo para los alumnos y quiero contar
un poco mas. Aqui hay alumnos de todo el mundo, de todas las edades y grados de
experiencia. Algunos se adaptan mejor que otros. Hay quien se presenta como si
fuera una entrevista, mostrando los titulos acumulados, la lista de maestros
con los que han estudiado ya y la actitud de quien ha recibido muchos elogios a
lo largo de su aprendizaje. Les puedo decir por experiencia propia que se
pueden ahorrar esta parte. Aqui a los profesores lo unico que les interesa es
ver como te mueves. Recibir correciones y criticas, resumidas en una sola palabra repetida muchas veces. “No!”
puede ser doloroso. Aqui toca controlarse, recordar el punto 6 del manual de ser humilde y
agradecer el “No!” y aprender de el. Quien no lo hace puede terminar dando
golpes contra la pared de la frustración acumulada.
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