Durante el
entrenamiento de esta mañana, se acercaron dos peregrinos budistas y se
sentaron cerca de mi. Tenían muchas cosas en su espalda. Descargaron las cosas
con movimientos lentos y cuidadosos, colocaron todo en el suelo y se sentaron.
A partir de este momento no nos quitaron ojo. Miraban fijamente al monje que
nos enseñaba y luego a los alumnos. Sus miradas reflejaban un genuino interés y
al mismo tiempo severidad. Queria sacarles una foto y pensé aprovechar el
descanso para intentarlo pero me miraron con tanta seriedad que no me atreví.
Al final y reuniendo valor salieron las dos fotos que adjunto aquí.
No es que
sacar fotos este mal visto, pero los dos peregrinos emanaban vibraciones algo
extrañas. En la esquina estaba sentada una chica joven. Mismo sitio y mismo
momento, pero que diferencia..dos mundos que no pueden ser mas distintos. Ella
no quitaba la vista de su móvil por nada. El templo, los monjes, los
estudiantes, nada le importaba más que el contenido de la pequeña pantalla del
móvil.
A mi me
sacan fotos continuamente. El pelo rubio, largo y rizado es una atracción
inevitable, como de un animal o una planta exótica. Hoy por ejemplo se me
acercó una pareja joven. La chica se puso delante de mi, como si fuera una
muñeca me colocó en una posición de su agrado, luego se puso a mi lado con su
brazo en mis hombros para que su pareja
sacará la foto. Después le tocaba su turno al chico. En todo eso ni se
molestaron en pedirme permiso o mostrar algo de respeto en su actidud. Lo que
importaba era la foto. Por tener un buen
día les deje salirse con la suya, pero me asombra su comportamiento tan
distinto al de los que viven en esta montaña.
La última
etapa del viaje fue en autobús. Dos horas y pico en el plena China. Contacto
directo con la vida y costumbres de trafico en la carretera. No hay señales de
tráfico. Uno conduce según lo que quiere conseguir. Si se dan cuenta de haberse
equivocado de dirección, dan la vuelta estén donde estén sin mas miramientos.
Se ven todo tipo de vehículos, desde coches de lujo hasta coches fabricados en
casa al estilo bricolaje, camionetas con equipaje que tiene el doble de su
tamaño, tanto en alto como en ancho. Solo de verlos me venian a la mente
imagenes de camiones volcados en la primera curva que intentan pasar. Pero no
llegué a ver nada parecido. Todos siguen su camino, los peatones siguen vivos ,
gritan, se enfadan y se ríen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario